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Estimación de la tesorería

Valoración basada en flujos de caja

Con carácter general las inversiones, y por tanto también las empresas, se valoran atendiendo a sus flujos de tesorería. El uso de beneficios debe entenderse como una segunda opción, por su vulnerabilidad a la forma concreta en que la empresa interpreta y aplica los PNCGA. En ocasiones se valoran dividendos, lo que puede interpretarse como una variante del descuento de tesorería desde la óptica de los accionistas.

La variable relevante es la tesorería neta generada por la empresa, como diferencia entre sus cobros y pagos. Estos flujos están condicionados por la estructura financiera, de manera que también interesa calcular separadamente la tesorería operativa, es decir, la diferencia entre los cobros y pagos ocasionados por la actividad.

La estimación de estos flujos puede abordarse de dos formas. El método directo es análogo al que empleamos regularmente en el análisis de inversiones, y también en nuestra vida diaria: estimamos los cobros que probablemente obtendremos, y deducimos los pagos que probablemente tendremos que afrontar. Construir un presupuesto de esta forma es relativamente sencillo para un proyecto, porque tiene pocos flujos y las fuentes de riesgo están delimitadas; pero una empresa es una realidad muy compleja, en la que se combinan múltiples fuentes y aplicaciones de tesorería. Además, los distintos proyectos que configuran el activo pueden dar lugar a sinergias (de forma que la tesorería total es superior a la suma de sus tesorerías individuales) o, por el contrario, a fenómenos de canibalismo (en los que la tesorería conjunta se reduce por conflictos entre los distintos productos o proyectos); de manera similar, cada fuente de financiación puede aplicarse a diferentes proyectos, y hay muchas otras salidas de tesorería a considerar.

La alternativa consiste en estimar la tesorería a partir de la información contable. En este caso interesan los estados contables previsionales, que son los pronósticos que la empresa maneja en cuanto al comportamiento de su patrimonio y sus rentas en los próximos años, porque el valor se calcula con base en la tesorería esperada en el futuro (no la pasada). Aunque estos estados previsionales suelen mostrar el beneficio, podemos estimar la tesorería que se va a generar partiendo del resultado contable y ajustando aquellas partidas en las que los devengos contables no coinciden con flujos de tesorería. Las principales diferencias estriban en el tratamiento de las inversiones, que no se registran como gasto (ni como ingreso, cuando se dan de baja más adelante), sino que se periodifican mediante amortizaciones; de forma similar, la contabilidad no registra como gasto la variación de la inversión en circulantes, o más formalmente, las necesidades operativas de fondos (NOF).

Si el punto de partida es el beneficio neto, también hay que neutralizar los gastos financieros, que se pagan, pero no forman parte de los flujos operativos (están relacionados con la estructura financiera). Observe además que dichos gastos son deducibles en la base imponible del impuesto sobre beneficios, de manera que cada euro devengado se corresponde con un pago efectivo de (1-t) euros, siendo t la tasa impositiva media.

El resultado es el flujo de caja libre, la diferencia neta entre los cobros por ventas y los pagos operativos (suministros, compras, salarios, impuestos operativos, etc.).

Beneficio neto
(+) Amortización
(-) Inversión en activos fijos
(-) Aumento de NOF
(+) Gastos financieros · (1 - t)
(=) Flujo de caja libre

Si la empresa utiliza financiación ajena, una parte del flujo de caja libre se destina al servicio de la deuda; el remanente tras deducir los pagos por gastos financieros y por la amortización de deuda (si el pasivo exigible aumenta, la diferencia se suma porque representa una entrada neta de fondos) es la tesorería del accionista: la diferencia neta entre todos los pagos y todos los cobros realizados, por todos los conceptos, a lo largo del ejercicio.

Flujo de caja libre
(-) Gastos financieros · (1 - t)
(+) Aumento neto de la deuda
(=) Flujo de caja del accionista

Aunque pueda parecer rebuscado, este procedimiento es perfectamente coherente con nuestra lógica diaria. Si usted percibe un salario de 1.000€ mensuales y soporta pagos operativos (alimentación, suministros, alquiler, etc.) de 850€, tiene una tesorería libre de 150€. Es posible que además deba atender pagos de naturaleza financiera, por ejemplo una mensualidad de un préstamo.  Si el importe de dicha mensualidad es 80€, este mes habrá ahorrado 70€, que es el equivalente al flujo de caja del accionista en una empresa. Esta es la cantidad máxima que puede dedicar a liberalidades (aplicaciones discrecionales que no son en principio imprescindibles, como el pago de dividendos en una empresa). Supongamos que pretendemos destinar ese ahorro a la compra de una determinada prenda de ropa, que no necesitamos, de manera que no forma parte de los flujos operativos. Si el precio es igual o inferior a 70€ no puede adquirirla, a menos que use financiación ajena (crédito del vendedor, o una tarjeta bancaria); pero esto no soluciona el problema, simplemente lo aplaza porque crea nuevos compromisos de pago en el futuro (de hecho los incrementa, al añadir intereses) que probablemente no podrá atender porque, recuerde, su tesorería libre es insuficiente.

Estimación indirecta de los flujos de caja

Vamos a estimar la tesorería generada por una empresa que nos aporta la siguiente información contable básica: un resumen de la estructura patrimonial y una cuenta de resultados analítica para tres años.

Año 20X1 20X2 20X3
Inmovilizado 50 60 70
Circulante 20 30 40
RRPP 40 50 60
Deuda l/p 5 10 15
Deuda c/p 25 30 35
BAIT 20 25 30
GF 0,5 1 1,5
Impuestos 3,9 4,8 5,7
BN 15,6 19,2 22,8

El beneficio neto se calcula como la diferencia entre los ingresos y gastos contables, registrados conforme al principio de devengo, de manera que no hay concordancia con los flujos de caja cuando la operación no se realiza al contado (por ejemplo, las compras o ventas a crédito) y/o da lugar a periodificaciones (como las amortizaciones del activo fijo), Dependiendo de los períodos de crédito y de los ciclos de renovación de los activos, las divergencias entre el beneficio y la tesorería generada pueden llegar a ser muy abultadas.

Para estimar la tesorería libre introducimos los siguientes ajustes en el beneficio neto:

  • Incrementar el resultado contable en la cuantía de las amortizaciones, que son un gasto no pagable (se han restado para calcular el beneficio neto, pero no deberían restarse para calcular la tesorería porque no suponen desembolso alguno).
  • Deducir el aumento neto del activo fijo y las necesidades operativas de fondos, que son un desembolso que la contabilidad no registra como gasto. Solo como simplificación didáctica, realizamos los cálculos asumiendo que toda la deuda corriente es comercial.
  • Sumamos los gastos financieros (netos de impuestos) que, si bien representan un pago real, tienen naturaleza financiera y por tanto son ajenos a las operaciones (recuerde que estamos calculando la tesorería libre).

Año 20X1 20X2 20X3
BN 15,6 19,2 22,8
(+) Gastos financieros · (1-t) 0,4 0,8 1,2
(+) Amortización 5 6 7
(-) Aumento Activo Fijo - 10 10
(-) Aumento NOF - 5 5
(=) FCF - 11 16
(-) Gastos financieros · (1 - t) 0,4 0,8 1,2
(+) Aumento deuda no comercial - 5 5
(=) FCA - 15,2 19,8

Finalmente, para calcular el flujo de caja del accionista, añadimos los movimientos de tesorería de índole financiera: la variación de la deuda no comercial y los gastos financieros. Observe que el cálculo de las NOF ya incluye la financiación operativa, que es la proporcionada por los proveedores, de manera que ahora solo debemos incluir el resto (bancaria, empréstitos, etc.). En este caso la deuda no comercial aumenta 5€ cada año, por tanto supone una entrada neta de tesorería que debe sumarse al flujo libre (en caso de reducirse, restaríamos la variación). Finalmente restamos los gastos financieros, porque son un desembolso real y efectivo.

Por ejemplo, en 20X1 la empresa comunicó un beneficio neto de 19,2€, aunque esto se tradujo en una tesorería neta de 15,2€ y en solo 11€ generados por las operaciones; es fácil interpretar que la diferencia se debe un fuerte proceso de inversión (que detrae tesorería), financiado solo en parte por deuda (que aporta 5/15 = 1/3 de los fondos totales inmovilizados). Observe que pensar en tesorería nos proporciona una perspectiva mucho más rica y clarificadora de lo que está ocurriendo dentro de la empresa, también de sus implicaciones para años posteriores.