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Pagos

¿Cómo pagar las compras en Internet?

Los pagos se realizan esencialmente a través de medios convencionales, como tarjetas de crédito.

Por supuesto existen otros medios alternativos, tanto sistemas propietarios que no son interoperables (monedas, tickets, cuentas) como servicios paralelos al sistema bancario clásico (como Paypal).

Dinero electrónico

Es el término con el que originalmente se designaban los pagos a traves de Internet, como contraposición a los pagos presenciales; incluía por tanto los realizados a través de banca electrónica y procedimientos de transferencia electrónica de fondos, que hoy encuadraríamos como pagos convencionales.

La noción actual de dinero electrónico está más relacionada con las monedas digitales y de manera más amplia con elementos de valor que operan fuera del circuito bancario. Las criptomonedas, y en particular las generadas a través de tecnologías como blockchain, están diseñadas para mejorar la seguridad. En todos los casos, su principal cualidad (y probablemente la principal fuente de valor) es el anonimato.

El origen de este dinero digital son los cupones, y más recientemente las "monedas de comerciante", así como sistemas de dinero electrónico desarrollados a lo largo de los noventa: NetCashMondex, CyberCash, etc. Todos ellos descansaban en sistemas cliente-servidor, lo que planteaba riesgos desde el punto de vista de la seguridad y la confidencialidad.

¿Blockchain?

La forma estándar en la que A realizaría un pago a B es a través de un intermediario, concretamente de una o más entidades financieras que canalizan el movimiento de fondos a través de sistemas como swift. El mecanismo de pagos optimiza estos movimientos, minimizando los costes de transacción y explotando economías de red.

La tecnología de bloques está diseñada para ofrecer i) privacidad (solo las partes tienen la información detallada de la transacción); ii) seguridad (todas las transacciones están enlazadas unas a otras por métodos criptográficos, de manera que la manipulación o fraude son teóricamente imposibles); y iii) supresión de los costes de transacción (aunque hay externalidades).

De forma muy amplia, blockchain es un libro mayor distribuido. Los registros (bloques) están cifrados y enlazados entre sí, y cualquier cambio debe ser notificado y procesado por toda la comunidad de usuarios, que comparte una misma base de datos y la gestiona de forma ciega (no se conoce la identidad de los titulares de las cuentas). Si A quiere transferir a B 1 bitcoin debe notificarlo a la comunidad: los usuarios verifican que la cartera de origen tiene suficientes fondos, toman nota de la operación, y la asientan en un bloque de transacciones. El bloque va incorporando otras operaciones de otros usuarios y, una vez completada su capacidad, se sella o valida y se incorpora definitivamente a esta base de datos colectiva: es aquí donde los usuarios hacen minería, un conjunto de operaciones criptográficas que conecta a este bloque con todos los adyacentes mediante un hash; la cadena se sincroniza y comparte, de manera que la operación queda asentada y nadie puede modificarla unilateralmente.

Los usuarios compiten por sellar bloques, porque el primero que consigue completar las tareas criptográficas es recompensado con una comisión en bitcoins o en la moneda que proceda. Se premia es la capacidad para validar rápidamente las operaciones, de aquí la creación de pools, agrupaciones de equipos para acelerar el minado.

Otros usos de las criptomonedas y su tecnología: ICO, token, etc.

Una ICO (initial coin offering) es una forma de financiación en la que la empresa no entrega acciones a cambio de los fondos recibidos, sino criptomonedas. Concretamente se intercambian monedas de uso común, como bitcoins o ethereum, por la criptodivisa interna que va a emplear la nueva empresa. El valor de estas monedas depende del éxito del proyecto (se aprecian o devalúan en función del capital total que respalda el proyecto), de manera que en la práctica lo que se está ofreciendo es una participación en el resultado de la operación, con un riesgo limitado a la cuantía de financiación aportada.

En Abril de 2016 TheDao obtuvo a través de su ICO 12,07 millones de Ethereum (unos 150 millones de dólares), que fueron intercambiados por sus propios token.

Desde el punto de vista de la empresa, la lógica de una ICO responde al deseo de lograr financiación al margen de los canales ordinarios (la expectativa es obtener recursos más baratos y con más rapidez); para los inversores las ICO ofrecen una oportunidad para conectar directamente con empresas intensivas en I+D que, en otro caso, estarían fuera de su alcance (los intermediarios limitan este tipo de inversiones a inversiones institucionales y fondos de capital riesgo, en aplicación de la normativa de protección a la clientela).

Las ICO son operaciones controvertidas debido a sus indeterminaciones, y a la posibilidad de que sean empleadas de manera fraudulenta.

  • Recientemente los inversores en el proyecto TheDAO (una combinación de crowdfunding e inversión socialmente responsable) perdieron 50 millones de dólares, al parecer debido a un error en la especificación de las cláusulas de salida del contrato inteligente, que permitió que un inversor se apropiase de todas las aportaciones realizadas, tanto propias como ajenas. No parece que se tratase de un hackeo propiamente dicho, sino quizá de un aprovechamiento poco ético aunque permitido por el contrato inteligente.
  • El token ZEC del proyecto Z-Cash llegó a tener un valor de 3.300 bitcoins (dos millones de dólares) justo antes de su lanzamiento; durante la semana en que se puso en circulación este valor cayó hasta 1BTC. La justificación a estos cambios radica, en teoría, en la escasez del token (que se corrige a medida que el proceso de minería va generando más criptodivisa), pero no puede obviarse el impacto de la especulación (que ya es un negocio estructurado en el campo de las criptodivisas), ni tampoco el hecho de que el grado de volatilidad de los token es dudosamente justificable.

Las implicaciones de la tecnología de blockchain van más allá del desarrollo de monedas. Su lógica básica (hacer posibles operaciones seguras y trazables sin necesidad de un intermediario) puede ser trasladada a otros campos como los contratos electrónicos, la certificación de documentos, la propiedad intelectual, o la computación en la nube sin riesgo de pérdida o manipulación de información. Los bloques de la plataforma Ethereum (sobre la que operan, entre otras, la criptodivisa Ether) han sido diseñados para manejar contratos inteligentes, que pueden contener cláusulas o características específicas, por ejemplo ejecutar una acción si se produce una circunstancia predeterminada. En este enlace tiene detalles sobre diferentes tokens basados en Ethereum.

Etimológicamente, un token es una ficha relativa a algo que posee valor para un determinado fin. En informática token es un elemento de un lenguaje de programación, y en el caso de las redes es un testigo empleado en ciertas topologías para evitar colisiones (antes de enviar un mensaje la terminal retiene el token, las demás deben esperar a que éste quede liberado). En el contexto de blockchain un token es una unidad de cuenta, una cadena alfanumérica que define un registro en la base de datos descentralizada del sistema: quizá es dinero, pero también puede ser el derecho a usar un determinado servicio, o cualquier otra cosa que decida la organización que lo emite. En el contexto de las ICO, un token puede entenderse como una participación en un proyecto de inversión. Los token de blockchain proporcionan garantías en cuanto al cumplimiento de contratos, acuerdos, etc. sin necesidad de intermediarios.

De alguna manera, blockchain entronca con los ideales del capitalismo libertario que enfatiza la libertad del individuo y la desregulación. Sin embargo la existencia de intermediarios y de agentes reguladores ha venido siendo una necesidad derivada de la eficiencia y la seguridad jurídica. Por ejemplo, en el caso de TheDAO se optó por restablecer el valor de los inversores mediante un hard fork, que de manera muy resumida consiste en modificar el protocolo que gestiona la cadena y crear una derivación en la secuencia de bloques: a partir de ese momento coexisten dos bloques diferenciados gestionados por nodos que no pueden verificarse mutuamente, lo que en la práctica significa que existen dos criptodivisas potencialmente con diferente valor.

El problema radica en que la bifurcación es una cuestión de consenso. En el caso de TheDAO se creó un nuevo contrato inteligente específicamente diseñado para esta finalidad, por acuerdo mayoritario de los poseedores de token de TheDAO. Pero el acuerdo podría haber sido diferente (se podrían haber tomado decisiones tan discriminatorias y arbitrarias como se desee), o incluso podría no haber consenso, y tendríamos una divergencia hacia dos más criptodivisas. De hecho el caso de TheDAO ocasionó una fractura de la comunidad Ethereum, que se segregó en Ethereum Classic (ETC) y Ethereum (ETH). Teóricamente la comunidad podría acordar eliminar transacciones, revertirlas, o modificarlas. Cabe preguntarse en qué medida las bifurcaciones no atentan contra la idea de inmutabilidad (no repudio, trazabilidad, garantía del valor) que pretende transmitir la tecnología blockchain.

La capacidad de blockchain para gestionar transacciones de forma transparente puede tener también implicaciones desde el punto de vista de la auditoría y el control interno, y ofrecer oportunidades para el desarrollo de modelos de gestión de carácter participativo, de tipo DAC (Decentraliced Autonomous Corporation)